martes, 24 de febrero de 2009

escritos

La Argentina y el empréstito con la Baring Brothers En el año 1822 se voto en la Legislatura de Buenos Aires - con la oposición de los federales - autorizarle al Ejecutivo adquirir un empréstito en el exterior por 5.000.000 de pesos fuertes, al valor de esos momentos 1.000.000 de libras esterlina.


La provincia estaba en paz, ni existía ninguna urgencia que justificara semejante compromiso, se alegaba la necesidad de construir en Buenos Aires sus imprescindible obras sanitarias y un muelle acorde a la importancia de su puerto y fundar pueblos en sus despobladas llanuras. Nada de lo cual no fue cumplido.
La operación se concreta en la casa prestamista Baring Brothers en Londres el 1º de julio de 1824, se encontraba presente Bernardino Rivadavia por el Estado de Buenos Aires, a los que se sumaban John Parish Robertson y Felix Castro.
En el contrato el Estado de Buenos Aires hipotecaba todas sus rentas, bienes, tierras y territorios en garantía del pago del millón de libras esterlinas y sus intereses.
De acuerdo a las instrucciones de Rivadavia - entonces ministro, pero el hombre de mayor poder - el empréstito se coloca al 85% pero se gira a Buenos Aires solamente el 70%, la diferencia es repartida entre los banqueros y las personas que intervinieron en la operación, lo que significaba una sustanciosa "comisión".
Finalmente los prestamistas, convinieron que era poca garantía toda la provincia de Buenos Aires, determinan efectuar algunas retenciones adicionales: 2 años de intereses, unas 120.000 libras y por igual concepto otras 10.000 libras adelantadas, más 7.000 libras en carácter de comisión y unas 3.000 libras por gastos.
Concluyendo las cuentas la provincia recibió un saldo neto de 560.000 libras sobre el millón solicitado.
A partir de ahí comienzan a sucederse una serie de hechos muy particulares, que para algunos argentinos eran propios de la llamada "viveza criolla", pero en la realidad esa torpeza iba sumando más y mayores intereses que terminaríamos pagando escrupulosamente.
Para comenzar los servicios del empréstito en 1828 se encontraban impagos desde 1824.
Sé penso en Londres que con la asunción de Juan Manuel de Rosas en 1829, e inaugurar una administración " de orden" se normalizarían los pagos, los recursos fueron a cubrir los requerimientos de la guerra civil.
Y en 1835, en su segunda administración y a pesar de las amables palabras al respecto eran muchos los peligros que debía enfrentar la Confederación al punto que en la clausura de las Sesiones de ese año se dice": El gobierno nunca olvidara el pago de la deuda extranjera, pero es manifiesto que al presente nada se puede hacer por ella" terminando " cualquier medida que se tome tendrá por base el honor, la buena fe y la verdad de las cosas"
Manuel Moreno embajador en Londres en 1838 recibe ordenes para ganarse el apoyo de los tenedores de los bonos del empréstito, prometiéndole que el pago se haría " cuando concluyera el bloqueo francés al puerto de Buenos Aires".
Se llega al punto de prometer un pago total de la deuda del empréstito "con el reclamo respecto de la ocupación de las islas Malvinas, ante el gobierno S. M. Británica".
Como lo imaginaba Rosas, la noticia del pago del empréstito repercutió favorablemente en Londres, al punto de crearse un " Committee of Buenos Aires Bonehoders" contando con el apoyo del primer ministro Lord Palmerston, llegando al punto de exigir el cese del bloqueo francés.
En 1841, se vivía en paz, el puerto de Buenos Aires, estaba libre y los derechos de aduana eran considerables y nuestro mensajes continuaban anunciando " que el gobierno no olvida..."
El 5 de abril de 1842 la Casa Baring y el Committee designa - para presionar a Buenos Aires - como representante a Franck de Pallacieu Falconet y le encargan "ejecutar garantías"
Si bien es cierto en un principio Rosas le permite el derecho de intervenir la aduana, hasta el pago íntegro de la deuda, gravar empresas agrícolas, comerciales y bancarias, además de derechos sobre la exportación de cueros y materias primas y un monopolio para navegar a vapor los ríos argentinos, luego Rosas lo deriva a su ministro de Hacienda Insiarte, que ante la sorpresa de Falconet se noticia que lejos de ser la Confederación deudora de Inglaterra tenían pendiente el problema de la ocupación sin ningún derecho de las Malvinas, rematando el asunto " que una vez pagada la indemnización correspondiente por el gobierno inglés, el argentino podría saldar su importe a los tenedores de los bonos argentinos, a los que se llamaba " los bonoleros".
Consiguiendo don Juan Manuel de Rosas dejar sentados nuestros derechos sobre las islas usurpadas y si no es posible un arreglo no fue nuestra culpa sino por quienes se negaron a indemnizar a la Confederación Argentina por el atropello sufrido en las Malvinas.
Como era de suponer los británicos negaron de plano que la Argentina tuviera legítimos derechos sobre las estratégicas islas australes, convirtiendo la deuda argentina en un problema para los ingleses, que termino haciendo imposible - por el momento - el pago a los tenedores de los bonos.
Con el paso del tiempo fueron otros hombres los que habitaban la Argentina, ya no existía un nacionalismo bien intencionado, llegándose a ser mal visto, se miraba a Europa como ejemplo de civilización y cultura.
Miguel Cané, describe a esa generación: " Las ideas elevadas ya no encontraban eco en nuestros gobernantes, y los hijos de soldados, fundadores de pueblos, poetas y artistas eran solo tenderos, mercachifles y agiotistas
En 1904 el empréstito fue saldado después de abonarse ocho veces su valor inicial

CONVOCATORIA: Asamblea del Año 13:
El 24 de octubre de 1812, bajo la vigencia del segundo Triunvirato, se dictó el decreto de convocatoria a la asamblea, que tenía como objetivo declarar la independencia y dictar una constitución. En dicha convocatoria, se establecía que los diputados serían elegidos de forma indirecta, teniendo protagonismo los alcaldes de barrio, que deberían citar a todos los vecinos para designar en cada cuartel, un elector a pluralidad de votos. Esos cuarteles en que se dividían las ciudades, son los que actualmente se denominan distritos.
Una vez que cada cuartel designara su elector, todos se reunirían en el Ayuntamiento, con su presidente, para designar el o los diputados, a pluralidad de sufragios, a viva voz, de forma pública, designación que debía recaer en una persona libre, comprometida con la causa revolucionaria, sin condicionarse la elección a que se tratara de un natural o residente del pueblo al que representara.
Si bien el proceso eleccionario tendía a lograr transparencia, no fue así en todos los casos. La Asamblea era el fruto de graves conflictos internos y de la oposición del disuelto Primer Triunvirato.
Juan José Paso, opositor ferviente a la Asamblea y miembro de ese cuerpo político, debió suscribir obligado la convocatoria, y luego fue coaccionado a dejar su cargo de Triunviro.
Las ideas predominantes eran las sanmartinianas para lograr una constitución y declarar la independencia, pero las ambiciones personales de Alvear entorpecieron la consecución de esos propósitos. Los partidarios de Alvear se constituyeron en mayoría, al rechazarse a los diputados de la Banda Oriental, que concurrían con precisas instrucciones de Artigas, para lograr un gobierno federal. Recién en 1815, fueron incorporados dos diputados por Montevideo.
Las provincias representadas eran: Buenos Aires, Córdoba, Catamarca, Jujuy, Entre Ríos, Corrientes, La Rioja, Salta, Mendoza, San Luis, San Juan, Santiago del Estero, Santa Fe y Tucumán.
Se designaron cuatro diputados por la capital, dos por cada provincia y uno por cada ciudad bajo dependencia provincial. Tucumán concurrió con dos diputados. Todos ellos revestían inviolabilidad, y la Asamblea se reservó la representación y ejercicio de la soberanía de las Provincias Unidas del río de la Plata.
Batalla de Cepeda:

Desde tiempo atrás la oposición entre el centralismo porteño del Directorio y los intereses de las provincias generaban conflictos y luchas. El fracaso de un armisticio entre Estanislao López, de Santa Fe, y los porteños, renovó las hostilidades. Francisco Ramírez, caudillo de Entre Ríos, y López, atacaron las fuerzas directoriales comandadas por Rondeau cuando acampaban en Cepeda, batiéndolo en una sola carga de caballería. Rondeau debió esconderse y las montoneras capturaron su artillería; como censecuencia de la derrota, el gobierno porteño sufriría un gran crisis que lo llevó a firmar un tratado (el de Pilar) con Ramírez y López.
Cepeda 23 de Octubre de 1829:
Triunfo de Urquiza sobre Mitre, durante la guerra entre Buenos Aires y la Confederación. En Buenos Aires hubo cierta confusión pues Mitre adujo haber triunfado, pese las graves pérdidas sufridas.
Segundo Gobierno de Rosas:
El 12 de diciembre de 1832, fue designado el Brigadier General Juan Ramón Balcarce, como Gobernador y Capitán General de la provincia de Buenos Aires, luego del primer gobierno de Rosas. Durante su gobierno se pretendió formar un estado fuerte, que evitara la concesión de las facultades extraordinarias. Se intentó ejercer un control por parte de los poderes legislativo y judicial, sobre el ejecutivo. Este grupo federal, defensor de las libertades públicas y privadas, deseosos de una organización constitucional para Buenos Aires y el país, tolerantes en materia de libertad de cultos, fueron llamados lomos negros o cismáticos, en oposición a los lomos colorados o apostólicos partidarios de Rosas, quien no consideraba aún el momento oportuno para dictar una constitución. Rosas era conservador, religiosamente ortodoxo y partidario del orden y de una férrea disciplina, defensor de los terratenientes ganaderos y de los humildes campesinos. Al renovarse la Legislatura, triunfaron los primeros.
Rosas se hallaba ausente en la campaña por la conquista de territorios en poder de los indios, pero esta derrota en las elecciones legislativas impulsó a su gente, las clases humildes, sobre todo el campesinado, a realizar la “Revolución de los Restauradores”.
Mediante ella lograron que el 3 de noviembre de 1833, Balcarce quedara depuesto de su cargo. Esta revolución tuvo como causa la defensa del diario rosista “El Restaurador de Las Leyes” que había sido sometido a proceso al ser calificado de injurioso contra el gobierno. Al día siguiente, el mando como Gobernador y Capitán de la Provincia de Buenos Aires, fue asumido por tres años, por el Coronel Mayor, Juan José Viamonte. Comenzó una atroz persecución de los cismáticos que debieron exiliarse en Montevideo.
Durante el gobierno de Viamonte culminó con éxito la campaña del desierto a cargo de Rosas, quien recibió por ello concesiones materiales y honores.
Data de este período la formación de la Mazorca o Sociedad Popular Restauradora, organismo que basado en la política del terror persiguió implacablemente a los enemigos de Rosas.
Viamonte renunció el 27 de junio de 1834, y en esa oportunidad se designó como su sucesor a Juan Manuel de Rosas.
En esa primera designación no se le otorgaron las facultades extraordinarias, y Rosas por ese motivo, rechazó el nombramiento, por cuatro veces consecutivas. Luego de este cuarto rechazo fue nombrado para el cargo Tomás Manuel de Anchorena, el 14 de agosto de 1834, pero renunció muy pocos días después. Lo mismo hicieron sus sucesores, Nicolás Anchorena, Terrero, y Ángel Pacheco. Ante esta situación compleja el mando fue concedido, como gobernador interino, al presidente de la Sala de Representantes, Manuel Vicente Maza. Esta etapa de tantos cambios políticos se conoce con el nombre de interregnos.
LA LLEGADA AL PODER
La Sala de Representantes, designó a Juan Manuel de Rosas, el 7 de marzo de 1835, como Gobernador y Capitán General de la Provincia, con la “suma del poder público”, por el término de cinco años.
El caudillo porteño había logrado su cometido, no sólo se le habían otorgado las facultades extraordinarias que aspiraba, sino que estas nuevas atribuciones implicaban la concentración de todos los poderes en su persona. Los únicos límites que se le imponían era la defensa de la religión cristiana, cosa muy fácil para Rosas, pues esa era parte su ideología, y la causa nacional de la Federación, a la que Rosas adhería, aunque con características particulares (Ver primer mandato de Rosas).
Para lograr el consenso popular, el día 23 de marzo, por decreto, se consultó la opinión de los habitantes de la ciudad (los de la campañas ya era evidente que eran sus fieles partidarios), sobre si estaban de acuerdo con su designación y atribuciones. Sólo 4 de 9720 personas, estuvieron en contra.
POLÍTICA INTERNA
El sistema económico impuesto por Rosas, sólo beneficiaba a Buenos Aires en detrimento del reto del país. En Buenos Aires eran partidarios del sistema del librecambio. El resto de las provincias, deseaban un aumento de los impuestos a las importaciones para proteger a las industrias locales.
Ante la oposición del interior, Rosas dictó una ley, la Ley de Aduanas, el 18 de diciembre de 1835, por la cual aumentó el impuesto a las importaciones, liberó de contribuciones a los productos porteños, y prohibió la importación de productos producidos en el país, como trigo y harina. Así logró calmar la resistencia de las provincias. Esto terminó con el bloqueo francés, que impidió el cumplimiento de dicha norma legal. En 1848, terminados los conflictos externos no pudo pensarse en restablecer el proteccionismo, pues la economía argentina estaba arruinada. El librecambio, además, beneficiaba el comercio con Inglaterra.
Perfeccionó el régimen aduanero y recurrió para sanear las finanzas, no al aumento de impuestos, que perjudicaría a los terratenientes, sino a la venta de tierras públicas, para lo cual suprimió el sistema de enfiteusis. Las puertas de la universidad se cerraron y los asilos y orfanatos dejaron de recibir fondos del gobierno. Sin embargo, no dudó en asignar grandes sumas del presupuesto para gastos policiales y militares.
Generacion del 37:
La denominación habitual de "Generación del 37" para designar grupalmente a escritores como Esteban Echeverría, Domingo Faustino Sarmiento, Juan Bautista Alberdi, José Mármol, oscurece, bajo la forma de cierta unidad sin fisuras, la heterogeneidad de los escritores a los que se alude. En términos generales, sin embargo, es cierto que los escritores proyectaron una sólida imagen como generación, presentándose a sí mismos como ciudadanos, jóvenes y exiliados, tres figuras muy instaladas en el imaginario europeo de comienzos del siglo XIX (a través de asociaciones como la Joven Italia o la Joven Europa), o de los escritos de los diversos exiliados en el interior del continente europeo (los españoles liberales, los aristócratas franceses).
En 1837, en la librería porteña de Marcos Sastre, se constituye el Salón Literario, espacio donde escritores como Esteban Echeverría y Juan Bautista Alberdi realizan lecturas de sus ensayos. Cada uno de los trabajos muestra la focalización en la patria como objeto central de reflexión y la convicción de que son los escritores quienes deben asumir la tarea de pensar un destino para el país naciente.
Generacion del 80:
Bajo la denominación de la Generación del '80 se conoce a la elite gobernante de la República Argentina durante el crucial período de 1880–1916. Procedentes de familias ricas de las provincias y de la capital, se nuclearon primero en la Liga de Gobernadores y luego en el Partido Autonomista Nacional, fusión de las fuerzas dominantes en el período precedente.
Tuvieron a su cargo las más importantes funciones políticas, económicas, militares y religiosas, manteniéndose en el poder mediante el fraude electoral. Pese a la creciente oposición, nucleada en lo político en torno a la Unión Cívica Radical y a las sociedades anarquistas y socialistas formadas por los obreros inmigrantes, ejercieron un gobierno casi despótico durante más de tres décadas, hasta la sanción de la ley Sáenz Peña de sufragio universal, obligatorio y secreto, que marcaría la transición a la Argentina contemporánea.
1º Junta:
El 25 de mayo de 1810 expresamos nuestra intención de transformarnos en una Nación libre constituyendo un gobierno propio, pero en nombre del rey de España Fernando VII. Esa intención de libertad fue consolidada el 9 de julio de 1816, cuando declaramos nuestra Independencia.
Te contamos el antes, durante y después de uno de los episodios más relevantes de nuestra historia, y lo que ocurría mientras tanto en Europa.

::: ANTES :::
La Primera Junta de Mayo tuvo que afrontar problemas internos y externos: Los patriotas no se ponían de acuerdo en la forma de gobierno, y España, junto con el resto de Europa, no iba a admitir rebeliones en sus colonias de América.
Los patriotas se dividían en morenistas y saavedristas. Los primeros eran jóvenes partidarios de las ideas liberales y republicanas de la Revolución Francesa, los segundos eran conservadores que no querían romper lazos tan drásticamente con España.
También existía una división entre centralistas y federales. Unos querían un gobierno central y fuerte con sede en Buenos Aires. Los otros querían que las provincias formaran parte de las decisiones del gobierno central y conservaran a su vez sus territorios.
En diciembre de 1810 se incorporan a la Primera Junta diputados provinciales y se forma la Junta Grande. La mayoría de sus integrantes eran seguidores de las ideas de Saavedra y expulsaron a los morenistas, quienes formaron la Sociedad Patriótica, desde donde ejercieron la oposición al gobierno.
La Junta era, como dice su nombre, grande. Ése fue unos de los motivos por los cuales se disolvió, frente a la imposibilidad de consensuar decisiones de gobierno.
En septiembre de 1811 asume el Primer Triunvirato, que dos meses después les ordena a los diputados de la ex Junta Grande retornar a sus provincias.
El Segundo Triunvirato asume el 8 de octubre de 1812 como consecuencia de un golpe militar, en el que tienen activa participación los Granaderos de San Martín y Alvear, además del apoyo popular movilizado por la Sociedad Patriótica en contacto con la Logia Lautaro.
En 1813, en Buenos Aires y convocados por el Segundo Triunvirato, se reúnen representantes de todas las provincias en la oficialmente llamada Soberana Asamblea General Constituyente, que pasó a la historia como la Asamblea del Año XIII. Esta Asamblea fue muy importante en su obra legislativa. Algunas de sus resoluciones más importantes fueron las siguientes:
- Suprimió los títulos de nobleza.
- Declaró la libertad de vientres (esto es que de ahí en adelante los futuros hijos de los esclavos serían libres).
- Prohibió la explotación de los indios.
- Suprimió el nombre de Fernando VII en los documentos oficiales, sellos y monedas.
- Abolió los castigos corporales.
- Instituyó el Escudo y el Himno Nacional.
La Asamblea no llegó sin embargo a ser General ni Constituyente. General, porque no asistieron todas las provincias; y Constituyente, porque no declaró la Independencia y por lo tanto no se redactó una Constitución.
Alvear, joven influyente de aquella época, tenía diferencias notorias con su amigo y compañero de armas San Martín. Este último era partidario de trabajar por la libertad del continente americano, y Alvear era uno de los máximos exponentes del centralismo. Fue por ello que, aprovechando la posibilidad de que los españoles atacaran Buenos Aires, influyó para que la Asamblea aprobara la creación del Directorio, que consistía en un poder unipersonal, con el título de Director Supremo, ejercido en primer lugar por su tío Gervasio A. de Posadas, en enero de 1814.
En ese contexto, las provincias del interior del país se enfrentaban cada vez más con la política paternalista de Buenos Aires.
Posadas creó la escuadrilla naval con la que el almirante Guillermo Brown venció a la flota española en el Río de la Plata. José Artigas, caudillo de la Banda Oriental y opositor al Directorio, se declaró “Protector de los Pueblos Libres” y extendió su control a las provincias de Entre Rios, Corrientes, Misiones, Santa Fe y Córdoba.
El Director Posadas decidió nombrar jefe del Ejército del Norte a Alvear, en reemplazo de Rondeau, pero los oficiales se opusieron y forzaron la renuncia de Posadas. Asumió entonces (en enero de 1815) Alvear, quien tenía formalmente todo el poder pero sin apoyos. A los tres meses debió renunciar cuando el General Alvarez Thomas, jefe del Ejército del Norte, se negó a derrotar al caudillo Artigas. El Cabildo nombró entonces a Alvarez Thomas como Director sustituto y creó una Junta de observación para controlar los excesos de poder y redactar un estatuto provisional que fuera la antesala de una definitiva constitución.
Ese estatuto fue redactado en 1815 y convocaba a un Congreso General Constituyente para organizar definitivamente el país.
Mientras tanto, en Europa...
En 1815, Napoleón Bonaparte era definitivamente derrotado en la batalla de Waterloo por una alianza entre británicos, holandeses y alemanes. Los Estados europeos recuperaban sus gobiernos y el control de sus territorios. Todo volvía a ser como antes. Sus ejércitos, empeñados en las luchas contra Napoleón, ya estaban nuevamente en condiciones de operar en América y sofocar los movimientos emancipadores de las colonias.
Se constituía la Santa Alianza para restaurar las monarquías europeas.
Belgrano y Rivadavia realizaban gestiones diplomáticas en Europa para que España reconociera la independencia de las provincias del Río de la Plata, aunque sin éxito.
En 1816 ya habían sido sofocadas las rebeliones de Colombia, Venezuela, Chile y México, pero el Río de la Plata resistía a la intentona española de recuperar su colonia en América.

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