sábado, 16 de agosto de 2008

Entrevista Peter Capusoto:



“Hay voces del Gobierno que no me gustan”
Tiene un programa de humor en el canal estatal pero se anima a criticar al Gobierno. El incidente de su video en el show de Soda Stereo.
Por Ana Clara Pérez Cotten


Gran corso. Desopilante y agudo, Diego inventó personajes como El hombre bobo, se burla de Arjona (Ricardo Ascona), de Evo Morales y Hugo Chávez.



Cumplió 46 años hace tres meses y todavía los celebra: en las paredes de su living quedan unos globos de colores, que con el paso de los días parecen pasas de uva. Una guirnalda de cotillón con los colores de Racing cruza el ambiente y confirma que el cumpleaños de Diego Capusotto tuvo un festejo dilatado.

Sobre la mesa del comedor de la casa de Barracas hay marcadores, crayones, libros para pintar, plasticolas de colores y juguetes. Está claro que sus hijas, Elisa (8) y Eva (4), son las reinas de la casa.

La primera impresión es que el humorista fue interrumpido en plena siesta o que estamos ante la confirmación del mito que dice que los humoristas son gente seria. Una pregunta de rutina pretende empezar a despertarlo.

Noticias: ¿Cuándo eras chico querías ser actor?

Diego Capusotto: No, hasta los 17 años soñaba con ser jugador de fútbol. Era habilidoso, tenía cierto talento para mover la pelota y me gustaba moverme en la mitad de la cancha. Me probé en muchos clubes, pero la vida hizo que me conformara con ser espectador e hincha fanático de Racing.

Habla más rápido y mueve las manos. De a poco, Capusotto se despierta y reflexiona sobre una pregunta que sólo buscaba romper el hielo: “En verdad, cuando miro para atrás es coherente que hoy yo sea quien soy. Me da mucho placer facilitar la gracia y la carcajada, porque lo veo como un oficio de una gran nobleza. Pero además, y aunque suene a lugar común, me río con la gente porque no trabajo sólo para ser observado. Sino sería pueril y me sentiría un histérico”.


TIENE CALLE. Quiso ser jugador de fútbol, trabajó en una imprenta y fue rockero durante la dictadura. Es padre de Elisa y Eva, de 8 y 4 años.


Noticias: ¿Eras el pibe gracioso del barrio?

Diego Capusotto: No, en realidad, de adolescente estuve muy vinculado al rock, funcionaba como mi refugio, mi tribu. La música me emocionaba e ideológicamente era antagónica al conservadurismo, a la moral y a las buenas costumbres que defendían mis enemigos. Y si lo pienso un poco más, era un difusor de bandas poco conocidas con mis amigos. Era una especie de líder carismático.

Noticias: ¿Y cómo mutaste de líder carismático a actor?

Capusotto: Eso fue de más grande. Trabajaba en una imprenta con mi papá, pero sabía que lo mío no era la fotoduplicación. Me acerqué al mundo del teatro gracias a un amigo que me hostigaba para que lo hiciera. Y así sucedió lo que hoy veo como inevitable. Pero aún así, me parece mucho más emocionante hacer un gol en el último minuto que salir a un escenario.

El humorista estudió batería con el batero de Arco Iris y fue rockero en plena dictadura. “Lo mío claramente era la música. No pertenecía a ningún partido, pero viví el clima de la época porque mi hermano militaba. Sé lo que es tener al milicaje en la puerta. Una vez se llevaron a mi hermano mayor, pero por suerte después apareció”, cuenta. “En ese momento circulaba un chiste: que a Videla le decían Atún porque era mejor que la Caballa, que era Isabelita -recuerda-. La gente se divertía con esas idioteces sin saber lo que se nos veía después”.

El fanático de Jimi Hendrix hoy canaliza su pasión por el rock con “Peter Capusotto y sus videos”, el programa que conduce los lunes en Canal 7 y que es una alternativa a los “Bailando...”, “Cantando...” y “Patinando...” de Tinelli. La idea es sencilla: Peter, cual Dj, pasa cuatro o cinco clips que homenajean al rock de los 70 y que funcionan en contrapunto con un video de Fito Paez como relator de un partido de fútbol o de Los Tres Drogados (Moegra, Charly y el Gordo Drogadicto). “El programa remite a lo que pasó con 'Cha cha cha' y con 'Todo x 2 pesos', que todavía circulan en video de mano en mano o vía Youtube, a pesar de que nunca formaron parte del circuito comercial”.


DUPLA BRAVA. Con Fabio Alberti, su compañero en `¡Qué noche, Bariloche!´, donde se despachan con scketchs, musicales y monólogos zumbones.


Noticias: ¿Cómo es trabajar con el humor y la ironía en el canal estatal?

Capusotto: Rosario Lufrano, la directora, quería que hiciéramos “Todo x 2 pesos”. Tuvimos una reunión y le expliqué que no íbamos a volver. Meses después Martín Bonavetti, el gerente artístico, nos convocó para que lleváramos a Peter. Para mí es cómodo que el programa esté en Canal 7, porque no se infecta con el numeraje del rating. Nunca tuve charlas con nadie ni recibí ninguna pauta. No hay un rebote de opinión dentro del canal y eso me quita el peso de justificar lo que hacemos.

En 'Que noche Bariloche!', la obra que coprotagoniza junto a Fabio Alberti, vuelve a interpretar a personajes como El hombre bobo, Boluda total, Irma Jusid y Peperino Pómoro. El espectáculo es un desopilante zapping de scketchs, musicales y monólogos. Los cómicos no perdonan a nadie: con estética televisiva ironizan sobre la caída de Perón en 1955, se burlan de Ricardo Arjona (Ricardo Ascona) y ridiculizan a Hugo Chávez y a Evo Morales (en el video clip Evo y Eva). Presentan el espectáculo en teatros del interior y en fiestas privadas, aunque Capusotto aclara que eligen bien al cumpleaños de quien van.

Noticias: Hace unos días, en la presentación que hicieron durante los shows de Soda Stereo, experimentaron la masividad de un estadio.

Capusotto: Llegamos a los shows porque los chicos de Soda son fanáticos del programa y nos convocaron. Acordamos preparar un video para mostrar al principio del show. A mí jamás se me hubiese ocurrido llevar el programa a una cancha de fútbol. No creo que se convierta en un programa masivo, pero es cierto que empieza a ser más mirado porque hay pocos programas de humor y los que quedan sólo trabajan sobre el archivo de la tele, son autorreferenciales.

Noticias: Durante la primera presentación en River se escuchó una fuerte silbatina en el momento que apareció la imagen de Néstor Kirchner en el video ¿Qué pasó?

Capusotto: Ehhhhhh… Primero y principal, yo no estuve esa noche en River porque viajé, estaba en una gira por el interior. Tengo dos versiones: una es que silbaron a Kirchner y la otra es que repudiaron a todos los políticos, incluído Perón.

Noticias: ¿A todos? ¿Fue una demostración de la antipolítica?

Capusotto: Creo que un recital de rock no es un acto obrero para festejar el primero de mayo. No voy a hacer una lectura militante de esa silbatina. Cuando llegué pregunté casi preocupado: “¿Silbaron a López Murphy también, no?”. Si aparece Von Wernich y no lo repudian los mando a todos a cagar, estaríamos fritos. ¿Qué les pasa a estos pibes? ¿Son todos del ARI? ¡Es la fuerza maligna del ARI! No quise darle mucha importancia al tema, pero me molestó laburar tres días seguidos para armar el video clip y que los medios sólo resaltaran la silbatina. ¿Entendés?

Capusotto se levanta de la silla. Se sienta de rodillas. Se vuelve a parar. Se sienta. Se levanta de nuevo. Ahora habla parado. Se sienta. Cruza las piernas. Por fin se queda quieto. Piensa. No está conforme con la respuesta y retoma el tema: “No se puede saber qué piensan esas 50 mil personas. ¿Entendés?”.

Noticias: ¿Y por qué desapareció la imagen de Kirchner del video que se proyectó en los otros shows?

Capusotto: Ah, no tengo idea, no sé quien la sacó. En Canal 7 puse una imagen de Kirchner con Cristina cantando “El oso” en lugar de ir al Tedeum y nadie vino a decirme que era un desubicado. ¿Entendés?

Capusotto interroga con “¿entendés?” pero no espera respuestas. Es sólo una muletilla que usa para rematar las frases. Toma aire, retoma la idea, y habla rápido durante unos minutos para volver a preguntar: “¿Entendés?”.

El teléfono no para de sonar. La melodía de La Primavera de Vivaldi suena tan fuerte que no nos escuchamos. Él no atiende, pero sí el contestador. Una mujer deja su mensaje: habla sin pausa y tu, tu, tuu, se corta, terminó el tiempo. Suena el teléfono: otra vez Vivaldi. Capusotto no se mueve de la silla. Atiende el contestador. Sí, es la señora que ahora sabe que tiene que hablar más rápido: “Bueno, veo que no están...¿Están por ahí? ¿Diego? ¿María Laura? Bueno, no, parece que no hay nadie. Los vuelvo a llamar en un ratito...”. Tuuu. Él se levanta y baja el volumen del contestador.




Noticias: ¿No te irrita ser censurado?

Capusotto: La única vez que me censuraron fue durante el menemato. Fabio Alberti hacía el personaje del cura Peperino Pómoro en 'Cha cha cha', el programa que hacíamos con Alfredo Casero y que salía por América. La Fundación Argentina del Mañana (una institución católica que seguro tenía su sede en la Avenida del Libertador) hizo valer su influencia con los anunciantes y presionó para que sacáramos a Peperino. Pero años después volvimos con el personaje, porque la gente le tenía afecto.

Noticias: Y pasó lo mismo con tu definición de kirchnerismo como “menemismo con derechos humanos”. A muchos les gustó y se apropiaron del concepto.

Capusotto: Eso fue un equívoco: no quise hacer una definición tajante del Gobierno. Sólo intenté expresar las contradicciones que me genera. Por un lado, agradezco que se ponga en discusión la dictadura, pero no soy ingenuo y sé que en el poder se negocia todo y que lo obsceno está enquistado.

Silencio. Otra vez se levanta de la silla. Se sienta. Se para. Y habla de pie: “Discutir sobre el personalismo de Kirchner me parece estúpido, porque Elisa Carrio es más personalista que él”, dice, se sienta y agrega: “Hay voces del gobierno que no me gustan, y no acuerdo con cierto discurso efectista ni conque la distribución de la riqueza sea tan escandalosamente desigual. Creo que hay que prestar atención. Mi opinión del Gobierno está llena de contradicciones. Pero no no jodamos, no da todo igual: German Abdala no es lo mismo que Carlos Melconián”.



Noticias: Sos un apasionado…

Capusotto: Sí, la política me apasiona desde chico, porque analizo todo desde lo emocional. Cuando tenía 13 años vivía en Villa Luro y hacía pinturas de “Viva Perón”. Un día me agarré a trompadas con un vecino que las tachaba y ponía “Perón puto”, era un pichón de gorila. También me acuerdo del día en que lo vi a Cámpora en Vélez, yo era muy chico. De ese sentimiento que compartíamos muchos, hoy sólo queda la estructura del PJ, la liturgia y el artilugio de colgarse del “como decía el General” para después gobernar con los enemigos históricos del peronismo. Soy un observador de lo real y de lo social, pero estoy repleto de contradicciones. Mañana voy a decir que lo que necesita el país es el nacionalismo cristiano, y los voy a dejar a todos con la boca abierta.

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