Pablo Rullier
Rumores.jpg Se habló largamente y durante más de dos meses de la poca capacidad de maniobra de Gustavo Alfaro, orientador de San Lorenzo de Almagro. Un plantel que casi no tenía diálogo con su técnico, y lo que es peor, si lo tenía era para reprocharle cosas y poner en tela de juicio una desgastada imagen que pareció contribuir a una seguidilla de puntos perdidos que llevó a sus simpatizantes a irrumpir en los entrenamientos implorando el alejamiento del DT.
Todo esto sin detenerse a mirar por el espejo retrovisor, y reparar que ese mismo plantel se había “devorado” a los tres técnicos anteriores; incluido Oscar Alfredo Ruggeri, quién ahora se hizo cargo nuevamente del conjunto.
Pero, al recurrir al nomenclador popular aceptamos aquella sentencia de la abuela: “La culpa no la tiene el chancho sino quien le da de comer…”. Así por caso, Fernando Marín, el titular de Blanquiceleste S.A., empresa Gerenciadora del Racing Club, expresó ya hace mucho tiempo atrás: “Hemos traído a Diego Simeone para que concluya su carrera en el club de su simpatía y con el tiempo seguramente será el técnico“; Pasó Guillermo Rivarola, vapuleado por el plantel, desoído por los dirigentes. Cayó Fernando Quiroz, un hombre bueno y sin carácter. El interinato del doctor Alberto Fanesi duró menos que la luz que da un lucero.
Y allí está Simeone desembarcando mucho antes de lo previsto pero señalado por el titular del club, con la anuncia del plantel pero la resistencia del público que, sin precisiones ciertas no ve muy claro el procedimiento de su llegada. No hay certezas, pero sí intuiciones. Quizás infundadas y hasta alocadas. Pero instaladas en el mundo subterráneo del balompié.
A mano habrá que tener la salida, por la puerta trasera, de Reinaldo Merlo. Rebelión encabezada por Marcelo Gallardo y refrendada por la comisión directiva, quienes no tuvieron siquiera la delicadeza de saludarlo en su alejamiento.
Quizás no tenga nada que ver…pero la especulación creció aún más puesto que Merlo fue desplazado por un golpe de estado de Gallardo, cuyo hijo, es ahijado del “nuevo técnico” riverplatense Daniel Alberto Passarella. Casualidades, ¿No?
Pero para no abrumar con mas historias de final conocido, en las últimas horas llegó la palabra del técnico Américo R. Gallego, actualmente en México, para agregar gasolina al fuego…Gallego señaló “Yo no puedo hablar de temas generales. Sí voy a puntualizar que como jugador me equivoqué feo una vez. Mis compañeros me ayudaron a sacar a Carlos Timoteo Griguol de la dirección técnica de River Plate, cuando integraba el cuerpo con Carlos Aimar y el profesor Bonini… No nos gustaba su forma de trabajar, tanto entrenamiento, tanta práctica… Cuando reconocimos que nosotros nos habíamos equivocado y eran buena gente, tratamos de revertir la situación, pero ya era tarde. Lo habíamos volteado“.
Dicen que “Por la boca muere el pez“. Del ya mítico refranero popular el analista podrá extraer esta y otras frases más. Inagotable usina rotuladora y trituradora, en algunos casos, de personas y personajes. Bastará con arrojar la primera aseveración y esperar sus resultados. La “máxima” cobrará vuelo, merodeará a sus víctimas y se instalará definitivamente entre ellos.
“Ya que aprendiste a cobrar, aprende también a trabajar“. Otra elocuente y lapidaria. Y así, entre aforismos, sentencias sociales y sospechas veladas transcurre buena parte de la vida. Y por supuesto la vida futbolística. Dudas que quizás nadie podrá desvelar pero que quedarán como testigos de algo que, a lo mejor no llegue a descifrase jamás.
Pocos quieren arriesgar. Tantos son los juicios encaminados a ser ganados por los actores, que el director técnico propone y el plantel dispone. O dicho en argentino básico “hay futbolistas y hasta planteles completos que, con actitudes y desempeños, VOLTEAN a sus conductores cuando se les da la gana”.
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